viernes, 30 de octubre de 2015

Jubileo Dominicano, ¿Que celebramos en el Jubileo? Gracias espirituales

Enviados a Anunciar el Evangelio
Desde el 7 de Noviembre de 2015 (Todos los santos de la Orden) al 21 de enero de 2017. Se conmemora el 800 aniversario de dos bulas del Papa Honorio III mediante las cuales se confirma la Orden de Predicadores. La bula "Religiosam Vitam", fechada en Roma el día 22 de diciembre de 1216 y la bula Gratiarum omnium largitori de 21 de enero de 2017 por las que se confirmó la Orden de Predicadores.
Mediante estas bulas se hacía realidad el proyecto del santo español Santo Domingo de Guzmán, quien preocupado por la falta de formación del pueblo de Dios y por los problemas del mundo y de la iglesia del momento, sintió la necesidad de crear una Orden cuyos miembros estuvieran dedicados a la predicación, la contemplación, el estudio y la compasión, para ayudar a los hombres y mujeres de cada tiempo.
El lema del jubileo “Enviados a anunciar el Evangelio” nos interpela en nuestra vida como cristianos. Además la mayor parte de este jubileo se complementa con el extraordinario jubileo de la Misericordia (8 de diciembre de 2015 al 20 de noviembre de 2016) por lo que es una buena ocasión para revisar nuestra vida como cristianos y vivir un tiempo de gracia y conversión. Todos somos predicadores que tenemos que llevar el Evangelio a nuestra vida y a nuestros ambientes.

¿Qué celebramos en el Jubileo?

Actitud de Cambio
Un jubileo era para el pueblo de Israel un tiempo de alegría y de renovación: “cuando cada uno de vosotros regrese a su propiedad y vuelva a su familia” (Lev 25, 10). Si nuestro Jubileo nos invita de a volver a los orígenes de la Orden es –paradójicamente– para recordar el momento fundacional, en el que santo Domingo envió a nuestros primeros hermanos fuera de su casa, de su familia, de su nación, para que descubrieran el gozo y la libertad de la itinerancia.
Pero ser enviado como discípulo de Cristo significa algo más que el mero hecho de moverse de un sitio para otro: siguiendo a Cristo, somos enviados a predicar el Evangelio Se propone así, una doble actitud. Actitud de gratitud por el don de la vocación de la Orden, por la confianza y la fidelidad del Señor, por la tradición que se nos ha transmitido, por la riqueza y la diversidad con la que los frailes realizan por el mundo la misión de predicación, y por las nuevas vocaciones que nos son dadas. Actitud también de verdad y de humildad, por la cual, bebiendo en las fuentes de nuestra historia y de nuestra tradición, pedimos al Señor, con un espíritu de metanoia, que renueve la generosidad y la libertad interior que nos disponen a ser de nuevo enviados a anunciar el Evangelio con pasión, creatividad y alegría, como lo fueron los primeros frailes de Domingo.


Renovación de la orden.

La celebración del Jubileo significa entrar en un proceso dinámico de renovación. La Orden busca renovarse entrando en un proceso que culmine en el envío de los frailes a predicar, al igual que Domingo envió a los primeros hermanos. Compartimos el gozo y la libertad de ser enviados junto con toda la Familia Dominicana. Mientras nos preparamos para el jubileo, confesamos que, como dominicos, somos enviados a predicar la Buena Noticia de la Resurrección de Cristo. Y al prepararnos para ser enviados de nuevo, nos preguntamos: ¿por quién somos enviados? ¿A quién somos enviados? ¿Con quién somos enviados? ¿Qué llevamos con nosotros en nuestro envío?.

El capítulo general decidió llamar la atención de todos los frailes y de las comunidades sobre ciertas dimensiones muy concretas de nuestra vida, invitándonos a aprovechar el tiempo de preparación de la celebración del Jubileo como una ocasión para consolidar la vida y la misión de la Orden. Lejos de ser una efímera autocelebración, el recorrido jubilar que se nos propone es más bien un camino -una "escuela"- de verdad y de humildad, un camino de metanoia que nos invita, individualmente y en comunidad, a dar todo su peso a cada una de las dimensiones, a cada una de las exigencias de la vida que profesamos.

Criterios.

La celebración debe estar orientada hacia Dios, de quien recibimos el don de nuestra vocación dominicana; y hacia aquellos a quienes somos enviados. El recuerdo de nuestra historia tiene por objeto recordarnos, en actitud agradecida, nuestros orígenes y ayudarnos a descubrir el lugar de la itinerancia en nuestro modo de vida. La celebración del Jubileo es una oportunidad para que, con espíritu ecuménico, nos aventuremos a penetrar en “nuevos mundos”, en actitud de diálogo y solidaridad con los olvidados, los pobres, las víctimas de la violencia y la opresión.

Deberíamos acercarnos a los creyentes de otras tradiciones religiosas e igualmente a los no creyentes, para estar junto a ellos en su búsqueda de sentido. La celebración del Jubileo debería reflejar la creatividad que se necesita para predicar hoy, mediante las artes   y los medios modernos medios de comunicación. La celebración del Jubileo debe incluir a todas las ramas de la familia dominicana y escuchar la voz y la imaginación de los jóvenes.

Gracias Espirituales del Jubileo Dominicano

Con motivo del Jubileo de la Orden de Predicadores en 2016, el Papa Francisco, previa solicitud del Maestro de la Orden, fray Bruno Cadoré, ha ordenado a la Penitenciaría Apostólica la promulgación de un Decreto por el que se concede Indulgencia Plenaria a quienes participen en la celebración de este Año Jubilar.

La Orden ha querido así, en comunión de espíritu con el año de la misericordia,que quienes participen en las celebraciones jubilares que tengan lugar entre el 7 de noviembre de 2015 y el 21 de enero de 2017, y todos los fieles que acudan a cualquier iglesia de la Familia Dominicana en todo el mundo, puedan ganar indulgencia plenaria, o dicho de otro modo, pueda acercarse a la misericordia del Padre con la certeza que su perdón se extiende sobre toda la vida del creyente.

Para ello se pide que los fieles que quieran alcanzar esta gracia, cumplan las condiciones habituales en este caso, como es confesarse, comulgar y orar por las intenciones del Santo Padre. Además se suman unas características especiales de acuerdo a las circunstancias: que ante el Santísimo Sacramento durante un tiempo conveniente se dediquen a piadosa meditación, concluyendo con la Oración del Señor o Padre nuestro, el Símbolo de la Fe o Credo, la Oración del Jubileo y la invocación a la Santísima Virgen María del Rosario.
“Vivir la indulgencia significa acercarse a la misericordia del Padre con la certeza que su perdón se extiende sobre toda la vida del creyente”, nos recuerda el papa en su Bula de convocatoria del año jubilar extraordinario de la Misericordia. Los dominicos y dominicas de España, predicadores de la misericordia, abrimos las puertas de nuestras iglesias invitándoos a sentir de cerca el perdón ilimitado de Dios.


Texto del Decreto traducido al castellano:
PAENITENTIARIA APOSTOLICA
Prot. N. 16/15/I

BEATÍSIMO PADRE,
Decreto de la Penitenciaria Apostolica
Bruno Cadoré, Maestro de la Orden de Frailes Predicadores, manifestando hacia Vuestra Santidad los propios sentimientos de devoción así como los de toda la Familia Dominicana, reverentemente expone: El Sumo Pontífice Honorio III, mediante dos Bulas «Religiosan vitam», del día 22 de Diciembre de 1216, y «Gratiarum omnium largitori», del día 21 de Enero de 1217, confirmó y ratificó la Orden de Frailes Predicadores bajo la Regla de San Agustín. Para celebrar dignamente el día de este doble Ochocientos Aniversario, en todas las capillas de la Familia Dominicana, se tendrán solemnes ritos y religiosas inauguraciones, desde el día 7 de Noviembre de 2015, Fiesta de Todos los Santos de la Orden, hasta el día 21 de Enero de 2017, en que se cumplirá el Ochocientos Aniversario de la segunda Bula. Con el fin de que se manifieste más la divina largueza para con los integrantes de la Familia Dominicana y otros fieles piadosos y, en consecuencia, se consigan más abundantes frutos espirituales, el susodicho Reverendísimo Orador humildemente pide el don de Indulgencias a modo de Jubileo.
Y Dios, etc.

El día 7 de Agosto de 2015
La PENITENCIARÍA APOSTÓLICA, POR ESPECIAL mandato del Santísmo Padre Francisco, concedió benignamente un Año Jubilar con la unida Indulgencia plenaria, bajo las acostumbradas condiciones (confesión sacramental, comunión eucarística y oración a intención de Sumo Pontífice) a los fieles cristianos verdaderamente arrepentidos e impulsados por la caridad, una vez al día, que podrán aplicar también a modo de sufragio por las almas de los fieles retenidos en el Purgatorio, cuantas veces, unido su corazón a los fines del Año Santo de la Misericordia: 
a.- tomen parte devotamente en las celebraciones jubilares indicadas en el escrito de súplica; 
b.- visiten las iglesias o capillas de la Familia Dominicana en forma de peregrinación y allí ante el Santísimo Sacramento durante un tiempo conveniente se dediquen a piadosa meditación, concluyendo con la Oración del Señor o Padre nuestro, el Símbolo de la Fe o Credo, la Oración del Jubileo y la invocación a la Santísima Virgen María del Rosario.

Los integrantes de la Familia Dominicana que, por enfermedad u otras graves causas se hallen impedidos para estar presentes en las celebraciones jubilares, en el lugar donde les retiene el impedimento, podrán conseguir Indulgencia plenaria, formando en su corazón un detestación de cualquier pecado, y formulando una intención de cumplir cuanto antes les sea posible con las tres acostumbradas condiciones, si se unen espiritualmente a los sagrados ritos, ofreciendo sus oraciones y sufrimientos o las incomodidades de la propia vida a Dios misericordioso por María.

Así pues, para que el acceso al perdón divino por las llaves de la Iglesia, resulte más fácil mediante la caridad pastoral, esta Penitenciaría ruega con empeño que los sacerdotes de la Orden de Santo Domingo se muestren dispuestos de corazón a la celebración de la Penitencia en los lugares jubilares y administren frecuentemente la Santa Comunión a los enfermos.

Será válido para el presente Año Jubilar. No obstando ninguna cosa en contrario
.
MAURO Card. PIACENZA
Penitenciario Mayor
KRISTOF NYKIEL
Regente